Te has preguntado ¿Por qué la estrategia de negocio no está dando los resultados esperados? ¿Por qué los niveles de productividad son tan bajos? ¿Por qué los empleados no logran los objetivos establecidos? Puede que la respuesta a estas interrogantes sea que no cuentas con un equipo de trabajo de alto rendimiento. Este tipo de equipo consigue elevados niveles de productividad y por ende obtienen resultados organizacionales exitosos. A continuación conocerás 6 características que tienen los equipos de alto rendimiento para que logres llevar a tu equipo de trabajo al siguiente nivel.
1. Consolidación de un equipo integrado
Una de las primeras características de los equipos de alto rendimiento es la consolidación o conformación de un equipo con habilidades suficientes para potenciar y lograr los objetivos o metas en común. Es por esto, que vemos como existen departamentos cuya funcionalidad es exitosa en comparación con los demás departamentos que conforman una misma empresa. ¿Qué principios aplican estos departamentos con altas metas y excelente productividad?, aplican el principio del “trabajo en equipo por encima de la individualidad”, donde evidentemente todo esto es sustituido por el esfuerzo integrado.
Es así como cada uno de los participantes se sienten protagonistas y “en sincronía”, pasando de ser empleados a considerarse parte fundamental de un equipo donde se sienten fructíferos y donde pueden desarrollar el sentido de pertenencia.
2. Utilizan las habilidades de cada uno para integrarlas al equipo
Otra de las características presentes es la identificación de las habilidades de cada integrante con la intención de hallar la sincronía grupal. Estas habilidades encauzan las riendas de un equipo fortalecido y homogéneo, donde la participación de cada uno tiene la misma importancia. Un coach ejecutivo puede ayudar al líder del equipo a descubrir las habilidades de cada integrante, pues tiene la capacidad de visualizar de manera objetiva las potencialidades individuales en pro de la formación de equipos de alto rendimiento.
3. Tienen un objetivo claro y distribuyen las funciones conforme a las potencialidades de cada miembro
El establecimiento de funciones debe distribuirse primeramente teniendo un propósito claro, así como la manera de lograrlo. En segundo lugar, el líder debe cerciorarse que se entienda de manera clara cuál es el objetivo que se pretende alcanzar, esto disminuye la falta de compromiso y la falta de responsabilidad de los integrantes del equipo. De ésta manera cada integrante puede sentirse en sintonía y conforme con lo que hace porque lo sabe hacer, le gusta hacerlo y se sentirá cómodo ejecutando sus funciones.
4. Conocen las repercusiones del desempeño de cada integrante en el trabajo del otro
En éste sentido los equipos de alto rendimiento suelen practicar una comunicación asertiva más no afectiva. No se trata de personalizar las debilidades de los integrantes sino explicar cómo estas retardan la consecución de las metas. Además, el intercambio de información permitirá tomar la decisión correcta y oportuna, al mismo tiempo que se desarrollarán habilidades comunicativas objetivas en pro de crecer como grupo y no de disminuir a los integrantes que lo conforman.
5. Identificación de un Líder ecuánime
El líder debe ser el mayor motivador y alentar a la participación activa de “todos”, así mismo, ser ejemplo constante de planificación y compromiso grupal. Tener dominio de su propio ego para darse la oportunidad de aprender de los demás. El líder de éste tipo de equipos debe reconocer los resultados obtenidos, el esfuerzo de cada uno y celebrar los éxitos alcanzados, esto mantendrá motivado al personal y será más sencillo que asuman nuevos retos.
6. Supervisión constante
Los equipos de alto rendimiento no corren el riesgo de esperar hasta el final para saber si se obtuvieron los resultados planificados, todo lo contrario, establecen fechas límite para presentar avances semanales y los integrantes deben estar dispuestos a brindar información o rendir cuentas de su desempeño y conducta en el momento que se requiera. Siendo la disciplina una de las premisas que permitirán alcanzar una “sincronía en cuanto a resultados”.
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